Las ecografías se utilizan para diagnosticar y ver la evolución de alteraciones en muchas partes del cuerpo, como los riñones, el hígado y el corazón.
Es muy frecuente su uso para examinar los órganos internos de la mujer: útero, trompas de Falopio y ovarios, sobre todo si se halla embarazada.
La ecografía no tiene ningún riesgo de efectos secundarios, por ello se puede utilizar también durante el embarazo, sin temor a que pueda dañar al feto u órganos internos de la paciente.